
Plaza Santa Ana - Las Letras
El barrio de Las Letras que tuvo entre sus vecinos a Cervantes, Góngora, Quevedo y Lope de Vega y que posteriormente fuera ensalzado por Valle Inclán en sus Luces de Bohemia, fue el barrio bohemio de los años 50 con sus tabernas, cervecerías y tablaos rebosantes de actividad y siempre marcado por su proximidad con Museo del Prado. Más tarde cayó en una larga etapa decadente para despertarse un buen día, a finales de los 70, siendo el lugar con mayor densidad de pubs y bares de noche de toda la ciudad. ‘Ir a la calle Huertas’ era la consigna de la juventud alborotada por el final de la dictadura.
Pero también eso cambió con el paso de los años y la tardía explosión turística de Madrid. La Plaza de Santa Ana —por su cercanía a Sol y Plaza Mayor—, ahora forma parte del eje de paseo del turismo de paso. Los más jóvenes, que vienen dos o tres días a la ciudad y que se alojan en hostels cercanos a Mayor, se acodan en los bares de nuevo cuño surgidos en la parte alta de la calle de la Cruz, esquina con la calle Núñez de Arce, y también en la calle Espoz y Mina, por supuesto después de mordisquear los preceptivos bocadillos de calamares.
Otra cosa muy distinta son los que viajeros que se alojan en la zona, un turismo “de categoría” debido a la cantidad de hoteles de lujo que han ido surgiendo en su entramado de calles al calor del cercano Museo del Prado. Algo que también ha generado un aumento de restaurantes modernos con velas en las mesas y cartas de fusión exótica. De esta manera los madrileños ‘perdimos’ para nosotros Huertas y Santa Ana, porque llegó a ser un territorio caro para salir y demasiado lleno de esos seres extraños que parecen ser los turistas cuando estamos en casa (aunque nosotros mismos nos transformemos en ellos en cuanto salimos de nuestra ciudad).
Sin embargo los que amamos el centro de la ciudad hemos seguido viniendo, porque este barrio sigue siendo entrañable a determinadas horas, y porque sigue habiendo tabernas únicas, cervecerías tradicionales, cafés curiosos y unos cuantos restaurantes buenos de verdad. Aún así, y aunque seas uno de esos que aquí ya no se siente en casa, tienes que venir si quieres llevar a casa uno de los mejores turrones del mundo, comer los mejores hojaldres o paladear el mejor vino de Jerez.
En la parte inferior de esta página encontrarás un mapa indicando dónde se encuentra cada comercio.